Los anuncios de vídeo, mejor con la boca cerrada
La publicidad de vídeo excepcionalmente ruidosa le sienta a cuerno quemado al consumidor, que la prefiere con la boca cerrada. Así lo concluye al menos un reciente estudio llevado a cabo en Estados Unidos por la plataforma de publicidad de vídeoWibbitz.
El 80% de los cerca de 1.000 consumidores de entre 18 y 65 años consultados en su informe por Wibbitz prefiere que los anuncios en formato vídeo sean huérfanos de audio.
Pese a la popularidad de los anuncios pre-roll, lo cierto es que al 97% de los consumidores le hace más tilín la modalidad end-roll (y prefiere que la publicidad se reproduzcan después y no antes del vídeo).
Enfrentados a la publicidad de vídeo, los consumidores son tremendamente impacientes. El 70% admite no estar dispuesto a invertir más de 10 segundos viendo vídeos publicitarios.
Y el 64% de los consumidores que no malgastarían más de 10 segundo viendo publicidad de vídeo es el grupo que más importunado se siente por los anuncios auto-play.
El 55% de los consumidores algo más pacientes y con predisposición a invertir entre 30 y 60 segundos viendo vídeos publicitarios se decanta mayoritariamente por los anuncios segmentados y tiene mayor predisposición a consumir este tipo de publicidad en los dispositivos móviles (60%) que en los dispositivos desktop (40%).
A pesar de que la publicidad saca habitualmente de quicio al consumidor, la mayor parte de los usuarios entrevistados por Wibbitz asegura no utilizar “ad blockers” y rechaza también de plano pagar para dar esquinazo a los anuncios.
El 61% de los consumidores dice regatear siempre que puede los vídeos publicitarios y el 31% de este tipo de consumidores siente particular adversión por los anuncios mid-roll.