Pocas cosas hay tan inocentes, al menos a simple vista, como encargar comida a domicilio. A menos que el encargo se haga vía aplicación de teléfono móvil y el domicilio resulte ser un cuartel en China. El Ejército de este país acaba de prohibir tajantemente a sus soldados que hagan uso de estos programas.
El argumento para la orden, del que se hace eco en un artículo el periódico oficial del Ejército Popular de Liberación, el PLA Daily, es que el uso de estas aplicaciones, muy populares en China, puede revelar inadvertidamente información secreta sobre las bases militares que puedan poner en peligro su seguridad.
Tres militares han sido sancionados en las últimas semanas por compartir en WeChat, el WhatsApp chino, avisos de instrucciones militares
Los mandos se dieron cuenta, según el diario, cuando un sargento, identificado como Zhang y que había encargado comida de esta manera, salió a la puerta de su cuartel para recoger el paquete que le había traído un motorista. Precisamente entonces pasaba una patrulla y uno de sus oficiales, You Peng, empezó a interpelar al repartidor. En la pantalla del teléfono del trabajador aparecían los principales datos personales del sargento, incluido su nombre completo, y la localización exacta de la base militar. You obligó al repartidor a borrar toda esa información.
“Aunque es conveniente usar las aplicaciones de teléfono para encargar comida, se pueden revelar fácilmente datos clasificados y violar las leyes de confidencialidad y secretos oficiales”, declaró You, citado por el periódico oficial.
Tres militares han sido sancionados en las últimas semanas por compartir en WeChat, el WhatsApp chino, avisos de instrucciones militares. El año pasado, el Ejército chino recomendó a sus soldados que evitasen el uso de las aplicaciones de mensajería instantánea y, sobre todo, dejar mensajes de voz, participar en grupos o colocar una foto en su perfil.
“Sé cauto acerca de quiénes puedan estar detrás de las aplicaciones de móvil”, advierte una campaña lanzada entre los militares, explica el periódico.
Fuente: http://internacional.elpais.com/internacional/2017/02/28/mundo_global/1488280143_375500.html